Estrés: su funcionamiento y su impacto sobre la salud

Foto por Lily Banshe

Aunque existe desde la noche de los tiempos, actualmente el estrés se reconoce como uno de los principales problemas de salud y afecta a 9 personas de cada 10 en Francia.

¿Qué es el estrés?

El estrés corresponde a una reacción de adaptación del organismo ante una situación vivida como nueva, imprevista, agresiva o amenazadora.

Desde un punto de vista biológico, el estrés corresponde al conjunto de respuestas del organismo para adaptarse a las presiones del entorno. Estas respuestas siempre dependen de la percepción de la persona. Por ejemplo, algunas personas pueden vivir un examen escolar como una situación estresante y otras, en cambio, no.

El estrés en cifras

Entre las causas principales de estrés, se encuentran: 

  1. La vida profesional (36 %)
  2. Los problemas financieros (35 %)
  3. La vida personal (33 %)

Las principales consecuencias del estrés dan lugar a: 

  1. Problemas de sueño (54 %)
  2. Repercusiones sobre el comportamiento (40 %)
  3. Repercusiones sobre la vida familiar o de pareja (26 %)

Las diferentes fases del estrés

El estrés es una reacción normal del organismo, por lo que no tiene nada de malo siempre que sea puntual (el estrés del actor, por ejemplo). Sin embargo, cuando se vuelve crónico, puede tener consecuencias físicas y psíquicas importantes.

El estrés se divide en 4 fases:

1. La fase de alarma

En esta fase, todos los sentidos están en alerta y el individuo moviliza muy rápidamente sus recursos. Corresponde a la reacción de supervivencia inmediata. Por vía nerviosa, se libera adrenalina, que prepara para la acción física rápida. La vigilancia del individuo aumenta para interpretar la situación de estrés y reaccionar lo más deprisa posible. Esta fase solicita mucha energía al organismo para reaccionar rápidamente.

2. La fase de resistencia

En la fase de resistencia, el organismo se adapta al agente estresante: los mecanismos de adaptación se llevan al máximo para proteger al organismo del agotamiento y se consumen las reservas de energía. El sistema nervioso desencadena la liberación de cortisol, hormona que estimula la fabricación de glucosa, lo cual aporta al organismo la energía para defenderse. Paralelamente, tiene lugar una pérdida de magnesio por la orina.

3. La fase de agotamiento psíquico

El organismo está sobrepasado: a fuerza de estimulaciones, los sistemas neurohormonales se alteran y el retrocontrol de la fase de resistencia ya no actúa, lo cual da lugar a un pico de cortisol (a un nivel patológico), que genera una caída de dopamina y serotonina (hormonas de la motivación y el bienestar). Aparecen los signos dañinos del estrés: fatiga, ansiedad, pérdida del placer, disminución de las defensas inmunitarias, que bajan y aumentan la vulnerabilidad del organismo a las infecciones.

4. La fase de agotamiento psíquico y físico H3

Corresponde al síndrome de agotamiento profesional, que se caracteriza por un estado de fatiga intensa acompañado de una desvinculación de las actividades profesionales y personales de la persona que lo padece. Sobre todo, es un proceso más o menos largo (puede establecerse insidiosamente a lo largo de años) en el que se hunden  las personas en situación de estrés crónico. El sistema de defensa psíquica y física del individuo está completamente agotado y alterado (falta de secreción de cortisol por la mañana). El tratamiento pretende, por supuesto, tratar el trastorno identificado, pero también actuar sobre el contexto socioprofesional, que es el origen del síndrome.

Las funciones clave del cortisol y el magnesio: el círculo vicioso del estrés

Como se ha dicho anteriormente, el cortisol desempeña un papel clave en la evolución del estrés. Cuando este último se instala de forma duradera, la autorregulación del cortisol se vuelve deficiente: el organismo produce cada vez más cortisol, está permanentemente activado. Las contracciones musculares aumentan y dejan escapar el magnesio de las células musculares hacia la sangre y la orina. La falta de magnesio aumenta la vulnerabilidad al estrés: ¡es el círculo vicioso del estrés!

Magnesio: el reflejo sea cual sea la fase de estrés H2

Si hay un micronutriente que debe privilegiarse en caso de estrés, es el magnesio.

Su déficit empeora la reactividad al estrés, en cambio, un aporte óptimo disminuye la secreción de las hormonas y los mensajeros del estrés y, sobre todo, interviene en la relajación muscular.

Los 3 signos sugestivos de la depresión:

  • Me siento deprimido/a
  • Ya no me siento a gusto / Ya no me interesa nada
  • Estoy cansado/a, sin energía

Si continúas usando este sitio, aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar