El mayor problema que se encuentran los fármacos es introducir sustancias solubles en agua —y por lo tanto rodeadas de moléculas de H₂O— a través de una membrana celular que precisamente repele el agua.
Esta estrategia funciona en células humanas, pero el equipo aún está trabajando con sistemas artificiales y células aisladas, por lo que la nueva estrategia es prometedora pero aún tiene que pasar la prueba de los ensayos con animales en primer lugar, y posteriormente con humanos.
El siguiente paso será intentar lograr que sus vehículos cargados de fármacos vayan específicamente a determinadas células, para poder dirigirlas específicamente a las células cancerígenas.
El sistema en sí es totalmente nuevo, todavía no han logrado llevar material genético (ADN o ARN) al interior de las células, pero confían en que será cuestión de tiempo. Las aplicaciones farmacéuticas llegarán antes o después y los compuestos de boro serán una revolución en el futuro.